Recientemente participamos en el concurso obligatorio de ortografía, nivel primaria, organizado por la zona escolar a la que pertenecemos, obtuvimos el primer lugar, lo cual nos motiva y alegra.
Es conveniente recordar que las manifestaciones de la plenitud del aprovechamiento escolar y la alegría de la experiencia en la Vida, tienen una amplia variedad de vivencias escolares, que van desde obtener una nota aprobatoria, hasta la increíble ocasión de ver sonreír a un niño que al salir de clase explica a su mamá: "Mañana vamos hacer ésto y aquello; ya quiero volver".
Sin demeritar lo que significa obtener un primer lugar, queremos colocar a la par de este logro, otro éxito más: Hace 5 o 6 días, "apareció" en el piso del aula del grupo de séptimo y octavo grado un billete de $20.00, que nadie reclamó como suyo, los alumnos me lo entregaron. Como tutor de grupo lo coloqué en el pizarrón esperando que apareciera su dueño. Olvidé el asunto, y pasaron dos o tres días, en algunos momentos ellos tuvieron la oportunidad de tomarlo, pero ninguno lo hizo; entonces, ellos, los alumnos, me recordaron que el billete seguía ahí. "Y al despertarme los alumnos, el billete seguía ahí" (parafraseando a Monterroso).
¿Qué posibilita a un grupo de alumnos de secundaria vivir la Honestidad? Y en la edad en la cual muchos esperarían la etapa de vida más conflictiva, permitiéndonos así, gozosa y confiadamente, pensar que la palabra "HONESTIDAD", en riesgo de extinción, aún motiva las acciones del ser humano.
En Alef pensamos que éstas actitudes merecen ser consideradas como ÉXITOS SUPREMOS, ya que anticipan el tipo de ciudadano que poblará nuestra calles, si y solo sí, desde ahora, consideramos a la Escuela como una posibilidad, de no solo producir resultados académicos exitosos, sino como un potente detonador del Desarrollo Humano Integral en cada niño de edad escolar.
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